lunes, agosto 14, 2006

Semana, Agosto 14 de 2006 - ‘El asesino de los cañaduzales’

 ‘El asesino de los cañaduzales’

Atraía a sus víctimas con su oficio de paletero. Purga una condena de 26 años por asesinar a 20 niños.

A Manuel Octavio Bermúdez lo acusan de haber violado y asesinado a 32 niños entre 1999 y 2003. Durante cuatro años, el artífice de la obra sangrienta no tenía identidad, pero era conocido como ‘El asesino de los cañaduzales’ por el lugar en el que destrozaba a sus víctimas. Bermúdez nació en 1961 en Trujillo, un municipio de la cordillera vallecaucana. Se casó y fue un padre de familia aparentemente normal. A los ojos del pueblo era paletero y recorría otros municipios con su carrito de helados para sostener a sus dos hijos. Pero la verdad se escondía entre las varas de la caña de azúcar.

Su oficio era ideal para acercarse a los niños de las zonas pobres y calientes donde sabía que la promesa de un empleo como vendedor de refrescos le permitiría ganarse su confianza. Cuando los tenía entusiasmados caían sedados y se los llevaba a algún cañaduzal para violarlos y asesinarlos.

El 19 de julio de 2003, dos días después de asesinar a su última víctima, fue capturado en Pradera, Valle. Durante el juicio aseguró una y otra vez que “tenía que matarlos” porque después podría ser reconocido por los jóvenes y ser acusado de violación. Bermúdez, que meses atrás había abandonado a su familia, vivía en una diminuta habitación empapelada con los recortes de prensa que relataban cada una de las muertes. En el lugar sólo cabía su cama y una colección de relojes, zapatos, cordones y prendas íntimas de sus víctimas, ‘recuerdos’ que guardaba cuidadosamente como trofeos. Actualmente paga una condena de 26 años en la cárcel San Isidro en Popayán por el asesinato de los 20 jóvenes que en el juicio aceptó haber matado.

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