El Nuevo Herald
Condenados a 30 años los hermanos Rodríguez Orejuela
GERARDO REYES
De saco y corbata, y con sus tobillos esposados,los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, que una vez dirigieron con arrogancia y mucha eficiencia una de las organizaciones del narcotráfico más lucrativas del mundo, aceptaron humildemente ayer en Miami una condena de 30 años de prisión tras la firma de un acuerdo con el gobierno que beneficia a sus familias.
Los legendarios narcotraficantes, fundadores del Cartel de Cali, reconocieron haber introducido en Estados Unidos más de 200,000 kilos de cocaína desde 1990 hasta 2002 por un valor de $2,100 millones.
Camuflada en postes de cemento, verduras congeladas, muebles de madera y calabazas, la droga fluyó desde Colombia a Estados Unidos a través de rutas que pasaron por Venezuela, México, Panamá y Guatemala, indica el acuerdo.
La suma confesada como producto de las actividades de narcotráfico será objeto de confiscación en cualquier parte del mundo que se encuentre y los narcotraficantes están en la obligación de cooperar con su ubicación, agregó el acuerdo.
''Le quiero pedir perdón al pueblo de Estados Unidos y excusas a todos ustedes'', dijo Miguel, de 63 años, dirigiéndose al juez del caso Federico Moreno en una atestada sala de audiencias de la corte federal de Miami.
Al terminar su turno, Gilberto, de 67 años, quien dedicó su intervención a agradecer a su abogado David Markus, debió secarse las lágrimas.
Familiares de ambos condenados, entre quienes se encontraba un hijo de Gilberto, no ocultaron tampoco su sollozos.
Quizás la más importante conquista de los Rodríguez fue haber logrado que el gobierno suprimiera los nombres de 26 familiares de una lista negra del Departamento del Tesoro que bloqueaba sus negocios y cuentas bancarias por supuestos vínculos con el narcotráfico.
De acuerdo con el convenio de 12 páginas la sentencia no será apelable y libera a los hermanos de la obligación de cooperar en operaciones antinarcóticos.
La fiscalía se comprometió además a no acusar a cuatro parientes de los Rodríguez a quienes las autoridades tenían en la mira por posibles actividades de lavado de dinero y obstrucción de la justicia.
En virtud del acuerdo, los Rodríguez aceptaron la confiscación de bienes en Colombia que podrían sumar $300 millones.
Con la condena de ayer, culmina una saga que emprendió desde finales de los años 80 el gobierno de Estados Unidos a través de Servicio de Aduanas y la DEA y que contó con la coordinación constante desde 1990 del agente de Aduanas Edward Kacerosky.
''Creo que en en mi vida había autorizado una confiscación de esta cuantía'', comentó Moreno al leer la cifra de $2,100 millones.
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