
El Tiempo, Octubre 18 de 2006 -
Líder Nukak Makú se suicidó porque sus hermanos lo culpaban de la desatención en que está su pueblo
Por hablar bien español Mow be' asumió la vocería de más de 200 indígenas que llegaron desplazados a San José del Guaviare. Tomó un brebaje hecho con una planta venenosa.
Según dicen en San José, una enfermedad propia del siglo XXI y del mundo occidental, el estrés, paradójicamente terminó por agobiar la frágil humanidad del líder de los nukak y fue determinante para su suicidio.
Él, que entre los 'blancos' era conocido como Belisario Sánchez, se levantó de su hamaca el pasado lunes festivo y sin mediar palabra se tomó una pócima hecha con barbasco, una planta venenosa que utilizan para la cacería y la pesca.
Nada pudieron hacer los médicos locales y el martes falleció en la Clínica Meta de Villavicencio, a donde fue remitido con una intoxicación severa. Habían pasado 36 horas desde que tomó el veneno.
Según Guber Hernández, funcionario de la Oficina de Asuntos Indígenas de la Secretaría de Gobierno del Guaviare, al parecer la depresión, el choque cultural, las envidias y la aparente 'fama' que ganó Mow be' le ocasionaron muchos problemas.
Incluso hay versiones sobre un supuesto lío amoroso del que nunca pudo salir.
"De un momento a otro se volvió importante porque hablaba el lenguaje de los nukak y además conocía el español -dice Hernández-. Eso lo enfrentó a una cultura que lo envolvió y lo confundió, tanto que terminó ganándose la fama de mentiroso e incumplido porque rara vez llegaba con soluciones a las peticiones de su gente".
La maraña burocrática para recibir ayuda del Estado y las promesas incumplidas se constituyeron en su dolor de cabeza. Él era apenas un mensajero, pero su gente empezó a responsabilizarlo.
Pero no solo a él lo deslumbró la 'civilización'. Mientras algunos nukak quieren regresar a su hábitat, de donde partieron hace más de un año, otros están fascinados con lo que aprendieron en San José.
Siguen esperando el regreso
Mow be' llegó a San José del Guaviare a los 7 años, desplazado por el hambre y las enfermedades.
Por la muerte de su padre, en 1990, y tras varias epidemias, se quedó en la capital del Guaviare, donde aprendió el español.
Años más tarde volvió a buscar a su clan, los nukak del territorio Meu, donde encontró familia.
De esa zona salieron los indígenas que llegaron a San José en dos tandas, en noviembre del 2005 y en marzo pasado. Los que quieren volver no han podido hacerlo, pues su tierra está demasiado lejos y no han recibido la ayuda que el Gobierno les prometió.
RUBÉN DARÍO ROMERO C.
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
VILLAVICENCIO